Sin embargo no tenemos por qué sufrir eternamente, sí que tenemos poder para mitigar ese malestar, pero nuestro poder radica en cambiar nuestra propia reacción a esa persona o situación, nuestro punto de vista, nuestro enfoque del "problema". Los hechos son hechos, las situaciones solo situaciones, y las personas son como son, no como queremos que sean, reaccionamos de forma distinta dependiendo de nuestro enfoque, y tú puedes elegir reaccionar de forma negativa y sufrir por ello o de forma positiva y vivir más relajadamente. Te apunto algunas ideas que podrías poner en práctica con objeto de cambiar tu reacción y por tanto llegar a mejorar tu estado en situaciones o frente a personas difíciles.
Cambio de zapatos
Aunque te resulte difícil ya que cierta persona es, a tus ojos, parte de la causa de tus problemas, trata de ponerte en sus zapatos, de entender su situación y descubrir por qué se comporta de la forma en que lo hace. Pregúntate por qué reaccionas así a esta persona y trata de responder con total honestidad, intenta no quedarte en la causa superficial sino ir más al fondo de la situación, seguramente te sorprenderá lo que encuentres.
El alma inocente
Bajo el comportamiento neurótico, el ego desmesurado y el corazón cerrado hay un alma inocente, una expresión de lo divino encarnada en un cuerpo con una historia, al igual que existe una esencia divina expresándose a través de tu propio cuerpo, detrás de todos los defectos y virtudes. Cuando tengas un encuentro especialmente difícil, trata de ver al alma inocente en el interior de esa persona y recuerda que estás unido a él/ella a través de la energía que nos conecta a todos. Puedes jugar a imaginar que te encuentras por primera vez con esa persona, sin las experiencias pasadas ni la opinión que te has ido formando de él/ella, y ábrete a conocer a esa persona esperando lo mejor de ella.
Entiéndete a ti mismo
El autoconocimiento es una parte importante del puzle de la felicidad, así que observa lo que haces y averigua el porqué, considera con detenimiento tus reacciones y comportamientos e intenta detectar los verdaderos motivos que se esconden tras tus actos. Detente y piensa antes de actuar, considera tus motivos antes del siguiente movimiento.
Considera las consecuencias
Ten en consideración tus reacciones; si actúas desde la ira o la frustración, lo más probable es que recibas una respuesta proporcionalmente negativa. Trata de reaccionar de forma más sana y positiva, y recibirás mejores respuestas. Si realmente te cuesta tener una reacción positiva, trata al menos de ofrecer una respuesta neutral a la situación.
Todos somos aprendices
Si la vida es un aula y la gente nuestros profesores, busca la lección oculta en cada situación. Pregúntate por qué atraes a determinadas personas o situaciones a tu vida, descubrirás un patrón en lo que normalmente atraes y ese patrón te está pidiendo que aprendas algo importante. Cada situación es una oportunidad de crecer, de avanzar como persona, y cuando miras el mundo de esa manera, éste se vuelve ante tus ojos un lugar más interesante y menos doloroso.
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